¡Continúa la historia del motociclista fantasma (MF) investigando el vídeo porno con el unicornio! Si se perdieron la primera parte, está aq...

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¡Continúa la historia del motociclista fantasma (MF) investigando el vídeo porno con el unicornio! Si se perdieron la primera parte, está aquí. ¿Ya la leyeron? ¡Bien! Pues ahora pueden pasar a la segunda y última parte de...

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Una vez dentro de la cueva, lo que el MF descubrió fue ¡un estudio de filmación de películas porno! Y allí estaba el unicornio del vídeo, en medio de otra escena muy, muy pervertida.

—¡Yo te salvaré, unicornio! —dijo el MF, agitando su cadena en llamas.

—¡Corten! ¡CORTEN! —exclamó alguien más dentro del estudio. Era el director de la película, un fauno con cara de malas pulgas.


—¿¿A QUÉ SE DEBE ESTA INTERRUPCIÓN?? —bramó el fauno, sacudiendo su megáfono como si tuviera ganas de pegarle a alguien con él.

—¡He venido a rescatar al unicornio del abuso sexual al que lo han estado sometiendo! —respondió el MF.

—¿Abuso sexual? ¿Qué abuso sexual? ¡El unicornio es un actor contratado! Ven aquí, unicornio, y dile a este idiota que trabajas en la industria desde hace años.

El unicornio se acercó agitando su... eh... melena, y le dijo al MF:

—Es cierto. Hasta pertenezco al Sindicato de Actores Porno del Bosque Mágico.

¿Han oído hablar de los atributos del burro?
¡Pues los atributos del unicornio son todavía mejores!

El MF quedó un poco desconcertado y se rascó su cráneo en llamas.

—Entonces... entonces... ¡los castigaré a todos por filmar pornografía ilegal!

—¿Ilegal? ¡Aquí no hay nada de ilegal, cabeza de vela! —vociferó el fauno—. Esto es pornografía L-E-G-A-L, tengo todos los permisos. Lo ilegal es cuando piratean mis películas y las ponen en Internet. Grrr.

Aquí el MF se mostró algo avergonzado, y tartamudeando un poco se disculpó por haber interrumpido la filmación. Esto hizo que el fauno recuperara su buen humor y dijera:

—Bueno, por esta vez no pasa nada. Mira, en realidad soy tu admirador. ¿Te importaría prestarnos esa fantástica moto tuya para algunas escenas?

—Mmm, bien, de acuerdo. ¿Puedo sentarme por aquí a mirar, señor director?

—Claro, claro, adelante.

El MF se quedó en el estudio, por lo tanto, a contemplar el resto de la filmación. Al final de la misma el fauno le obsequió, a cambio del préstamo de la moto, varias memorias USB con vídeos porno para que los disfrutara en su casa. Por último, una ninfa de fuego muy coqueta le aceptó una cita al MF, y allá se fueron los dos muy contentos de camino a la ciudad en la moto.


FIN

¿No les gustan los finales felices? :-)

G. E.

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