Hace un par de días estaba en mi casa, levitando muy contenta. ¡Mírenme, no toco el suelo! ¡Yipiii! ¿Han levitado alguna vez? ¡¡Es un...

¡PUEDO LEVITAR!

Hace un par de días estaba en mi casa, levitando muy contenta.

¡Mírenme, no toco el suelo! ¡Yipiii!

¿Han levitado alguna vez? ¡¡Es una sensación fantástica!! Uno se siente ligero como una pluma, y libre, y alegre... ¡Me encanta!

Mientras levitaba por la sala de estar, me decía: "¡Yo sabía que podía levitar! ¡Ja, ja! ¡Voy a ser la nueva sensación entre mis amistades! Y de paso voy a ahorrar un montón en transporte, ¡puesto que ahora iré levitando a todas partes! ¡Mírenme!, ¿no es genial?"

Entonces me desperté.

¡Oh no, sólo era un sueño!

Pues sí. Mi fantástico poder de levitación no era más que mi sueño recurrente de levitación. ¡Demonios! Ya había empezado a acostumbrarme a la idea de desplazarme levitando de aquí para allá cada vez que me viniera en gana.

Qué pena. Supongo que estoy condenada a arrastrarme por el suelo el resto de mi vida, como todos los demás habitantes de este planeta sometidos a las fuerzas de gravedad.

Estúpida gravedad. Te odio.

¡Voy a demandar a Isaac Newton (a título póstumo, obviamente) por arruinar mis aspiraciones levitatorias!

G. E.

0 comentarios:

Ir arriba